Llantas de aluminio, descripción general
Las llantas de aluminio suelen reducir el peso no suspendido en comparación con las llantas correspondientes de acero.
Esto facilita a la suspensión y los amortiguadores que las ruedas se mantengan mejor en contacto con el suelo. Esto aumenta la adherencia al suelo así como el placer de conducción.
- Diseño de la llanta
El diseño de la llanta debe realzar la imagen del automóvil y combinar bien con su exterior. Para crear llantas que se adapten a la mayoría de los clientes y a los diferentes modelos de automóvil, se fabrican llantas de distintos estilos. Una llanta puede ser discreta, elegante, expresiva o deportiva/robusta, o ser una mezcla de dos estilos. Pero no basta con un diseño atractivo para que una llanta de aluminio se homologue como llanta Volvo original, se valoran otras características que tienen, como mínimo, la misma importancia.
- El material es importante
Una llanta de aluminio está integrada por una aleación de varios metales diferentes, que debe proporcionar las características adecuadas.
- Premisas de resistencia
Para crear una alternativa lo más atractiva, duradera y segura posible, estas premisas se calculan y combinan cuidadosamente durante la labor de desarrollo.
– Cualidades disipadoras del calor
Las llantas han de estar bien ventiladas y tener buenas propiedades para disipar bien el calor, así como resultar adecuadas para cada modelo de automóvil.
- Protección antioxidante
Las llantas de aluminio de Volvo cuentan con 3 capas de pintura, la exterior en tono claro. Además, todas las llantas han sido tratadas con una pintura base para mejorar su protección anticorrosiva.
– Centraje en el cubo
Las llantas de aluminio de Volvo están centradas sobre el cubo con tolerancias extremadamente pequeñas. Este hecho, en combinación con tolerancias pequeñas de excentricidad lateral y redondez, produce un excelente equilibrio en las ruedas del vehículo.
- Aerodinámica
Un aspecto importante del diseño y la fabricación de llantas consisten en prestar atención a la resistencia al aire, ya que influye en el consumo de energía. Una llanta con una menor resistencia al aire contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono y con ello favorece al medio ambiente.